Tus preocupaciones son intensas y constantes, por lo que usualmente se convierten en miedos que rigen tu vida. Estás ansioso la mayor parte del tiempo y eso se ve reflejado en tus actividades diarias, las cuales a veces incluso se ven completamente interrumpidas por su estado. Trata de respirar, hacer ejercicio y buscar la ayuda de un experto.

Te sientes bien contigo mismo, pero no del todo feliz. Tu ansiedad no alcanza grandes niveles, pero a veces puede interferir con tus actividades diarias y tus relaciones interpersonales. A veces no tienes ganas de salir ni de hablar con tus amigos, pero una vez que tomas un tiempo contigo mismo, logras recuperar tu estabilidad.

No dejas que la ansiedad perturbe tu vida diaria; sabes cómo manejar el estrés y conoces a la perfección las actividades que te relajan al instante, como la meditación, la respiración y el ejercicio. Eres una persona muy feliz, sociable y centrada, ¡bien por ti!