Vas al trabajo enfermo y lo presumes. Para ti la empresa no es solo un trabajo, es tu familia, el lugar donde te desarrollas y existes, por eso te cuesta comprender a quienes exigen un cambio en la cultura laboral. Tienes en una vitrina de cristal la taza con la que celebraron tu aniversario en la empresa.

¿Pero qué crees? Todos somos reemplazables, así que tómate un respiro y piensa en tu futuro. Sal a caminar, llega tarde un día, y ya toma las vacaciones que tienes atrasadas.

Mueres por tener prestaciones y un contrato digno, pero tu instinto de supervivencia hace que aceptes pizza a cambio de horas extras. Te gusta tu chamba y te pones la camiseta a tu manera, pero tu jefe y la empresa no terminan de llenar tus expectativas.

Está bien quejarse, pero también debes ponerle aportación voluntaria a tu Afore. Recuerda que no te tocará pensión.

Viva el home office y muera la oficina, ese es el mood en el que andas últimamente. Ni en tu mejor día le regalarías horas extra a la empresa, y mucho menos responderías un mensaje en tus vacaciones. Aspiras a ser tu propio jefe, tener libertad económica o ser influencer.

Sabes que un buen sueldo no es suficiente, también necesitas calidad de vida y horas libres para existir.