Test: ¿cuál es tu grado de madurez en el amor?
¡Descubre qué tal anda tu madurez emocional en las relaciones sentimentales!
¿Qué palabra te define mejor en el amor?
Celoso (a)
Comprensivo (a)
Dramático (a)
Están en una fiesta y tu pareja se encuentra a su ex; entabla una conversación con ella, tú...
Me voy de la fiesta, ¡es una falta de respeto!
Espero pacientemente a que termine y le pregunto qué fue lo que pasó
Me siento incómoda y me molesto, pero le doy oportunidad de que me explique
¿Cómo crees que te ve el género opuesto?
Como una persona interesante
Como una persona madura
Como una persona divertida
Tu novio (a) de años te termina inesperadamente, ¿cómo reaccionas?
Me deprimo durante meses, me es imposible seguir adelante sin él/ella
Comprendo su postura y aunque me duela, trato de darle vuelta a la página
Le hago un drama y le ruego que no me deje
¿Qué crees que es lo peor en una relación?
Egoísmo
Infidelidad
Chantaje
¿Eres bueno (a) para decir adiós?
Me cuesta trabajo, pero termino adaptándome a los cambios
Sí, cuando una puerta se cierra se abre otra
No, soy muy aprehensivo (a)
¿Crees que podrías ser amigo (a) de tu ex pareja?
¡Obvio no! Es el/la innombrable
Depende de la razón por la que hayamos terminado
Claro, puedo mirar sin dolor hacia el pasado
¡Tu madurez es excepcional!
Sabes soltar, sabes decir adiós, sabes escuchar. Eres compresivo (a), tolerante y estás abierto (a) a los cambios, siempre y cuando puedas beneficiarte de ellos. Sabes controlar tus celos e impulsividad, además de que no eres aprehensivo (a). ¡Eres una pareja digna de admirar!
Vas por buen camino
En algunas ocasiones eres muy maduro (a), pero a veces te descontrolas y no logras tener dominio de tus emociones. Te dejas llevar por la impulsividad y tu madurez en las relaciones sentimentales se ve afectada. Sin embargo, tienes toda la intención de cambiar y aprendes algo nuevo de tu pareja cada día, y eso es algo digno de admirar.
Drama total
Tu madurez emocional es escasa; te dejas llevar por los celos, el drama y la ira. Llegas a ser tan aprehensivo (a) que te vuelves posesivo (a) y terminas perdiendo tu individualidad. Recuerda que compartir la vida con otra persona es una elección, no una obligación.